lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Debemos tolerar al intolerante?

Qué gran pregunta esta, y que difícil dar una respuesta a la misma. Como en todo, para gustos opiniones. ¿La mía? Yo lo tengo claro, la respuesta es no. Puede que sea un poco directo, e incluso puede sonar impertinente, pero este es mi parecer. No digo de ninguna manera que esta sea la respuesta acertada (ni mucho menos), pero es la respuesta que me pide mi corazón previo razonamiento de mi mente.

¿Y por qué esta respuesta? Hay quien podría argumentar usando lo que Kant denominaba el imperativo categórico, que también se expresaba la biblia (no hagas al prójimo lo que no queras recibir de él), y este sería sin duda un más que valido razonamiento, que podría utilizarse en infinidad de conductas humanas, generando una magnifica regulación de las mismas.

Sin embargo hay otro factor a tener en cuenta a la hora de responder a esta cuestión, y es que en el momento en toleras una conducta, instantáneamente la refuerzas y puedes tender a potenciarla. Si se tolera a la persona que maltrata a su mujer, lo seguirá haciendo, si toleras al nazi que propaga el racismo y la violencia, no pararas la epidemia, y lo mismo pasa si se tolera el sistema de opresión y miseria que sufrimos en la actualidad, el cual crece y se hace más fuerte cuanta menos oposición recibe.

Si el hombre no tolera a la mujer, si el racista no tolera al inmigrante, si el rico no tolera al pobre, no debemos callarnos solo con el fin de no caer en la regla del ojo por ojo. Todos queremos un mundo tolerante, de eso no cabe duda, y tampoco tengo dudas de que el fin solo se consigue con el ejemplo, pero no seré yo quien me arrodille ante aquel que no conciba mi existencia y no me tolere tal y como soy, sea extranjero, homosexual, mujer, rojo, o un largo etcétera.

Esta es una opinión marcadamente sentimental que tiene mucho que ver con la el asco y la rabia que producen ciertos comportamientos que, en un puro acto de “buenismo” se acaban tolerando, y lo único que se consigue es emponzoñar aun mas esta sociedad degenerada por el miedo y el egoísmo. Una sociedad que para nada merece el ser humano


 

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Violencia o no violencia?

Cuando un grupo de personas se une, no le es difícil llegar a un acuerdo sobre aquello que no le gusta, sin embargo la cosa cambia cuando se trata de buscar una alternativa al problema, ya que las visiones son tantas como se pueda imaginar. Y si esto este aspecto propositivo es complicado, ni te cuento cuando tenga ese grupo de personas que decidir que método va a utilizar para conseguir esos fines que, tras mucho esfuerzo debatiendo, ha logrado acordar. Y es en este punto en el que me quiero detener, en los medios, es decir, como vamos a conseguir lo que queremos.

Si tuviéramos que hablar de medios de actuación podríamos dedicar no solo un libro, sino una biblioteca entera, de manera que entraremos a tratar en concreto el factor de la violencia y la no violencia

En primer lugar hay dejar claro que es violencia, es decir hasta que punto una acción que se realice puede ser clasificada como violenta. Esta es una difícil cuestión, en la que jamás ha habido consenso. Depende mucho de la concepción que tengas de la vida, y la experiencia personal de cada uno. Para explicar esta controversia vamos a poner una ejemplo muy típico: ¿Una pintada en una pared es un acto violento? (entendida como una pintada que comunica un mensaje). Hay quien argumenta que esta acción entra dentro del estándar de violencia ya que se trata de una agresión contra el mobiliario urbano, que muchas veces perjudica a particulares (en la medida en que después tienen que limpiarla). Sin embargo, existe otro sector de la población, que al contrario, dice que estas actuaciones no son violentas y que simplemente responden a una idea de difusión de pensamiento, y que en su inmensa mayoría se realizan fuera del ámbito de los particulares, ya que se procura actuar contra una serie de edificios concretos (cajeros, bancos, empresas, edificios del estado, etc.)

Parece que hemos entrado en un caos en el que no existe una definición concreta de violencia, sino que esta depende casi en su totalidad de las opiniones subjetivas de las personas que decidan enjuiciarla.
Intentemos salir de este lío. Vamos a ver, ya que en muchas ocasiones hay diferencias para definir violencia, vayámonos a situaciones más claras. Por ejemplo, ¿es violencia golpear a alguien?, ¿es violencia quemar un coche?, una inmensa mayoría de la población te respondería que si (fuera de enjuiciamientos de si esta es legítima o no, lo cual trataremos más adelante).

Vale, de estas últimas preguntas podemos sacar en claro una vaga definición de violencia que se podría enunciar de la siguiente manera: violentos serán los actos en los que se ejerza una fuerza contra personas u objetos, causando daños en los mismos. Esta, definición, a pesar de lo vaga e imprecisa que es, nos puede ayudar a entrar en el tema de la violencia y la no violencia

Siguiendo esta definición, ¿hacer una pintada seria violencia? Hemos dicho que se consideraran violentos los actos contra personas o cosas en las que se causen daños (sean cuales fueren), por lo cual perece ser que el tema de las pintadas podrían encuadrarse en este caso. Sin embargo también entra dentro de esta definición de violencia el quemar un coche (ya que se trata de una acción de fuerza con daños sobre una cosa), y solo un estúpido sería capaz de mantener ambas acciones al mismo nivel.
¿Esto que nos dice?, pues nos dice que dentro de la violencia hay diferentes niveles, y no solo eso, sino que en el tema de la violencia hay un aspecto clave que es la legitimidad, factor que antes anunciaba y que entraremos a tratar.

Este factor también se encontraba en las primeras argumentaciones expuestas sobre si es violento hacer una pintada. Unos decían que era una agresión contra el mobiliario urbano y que muchas veces perjudica a particulares, pero lo que en realidad estaban diciendo es que en un juicio personal de fines y medios, no valía la pena la acción, es decir, la difusión de ideas no era legitima en la medida en que suponía un perjuicio y por tanto un costo que no era asumible. Lo mismo pasaba con las personas que argumentaban al contrario, que afirmaban la legitimidad de la acción.

Después de esto, seguimos arrinconados en un espacio en el que no existe nada seguro, y en el que todo depende de nuestra propia valoración de costes/beneficios (perdónenme por esta analogía de corte capitalista) a la hora de decidir si es legitimo usar la violencia o no.

Para terminar este pequeño artículo en el que para nada hemos ahondado en fondo de esta disyuntiva, me gustaría que intentásemos analizar el por qué de este juicio de legitimación.

Muy probablemente se trate de un juicio influenciado en gran medida por factores sociales propios de la existencia de cada individuo, aunque me gustaría sacar otros dos factores que pueden influir: la situación y la empatía.
Con situación me refiero a la coyuntura específica que se esté dando en el lugar donde se va a realizar la acción, por ejemplo, no será lo mismo el juicio de legitimación a la hora de quemar un coche de policía, estando en una ciudad de Siria, que al estar en una española. Aquí, un factor situacional importante es que la violencia ejercida por el estado en Siria es muchísimo mayor que en España, lo cual origina una lucha en la que se intenta una igualdad de armas (muy relativa). También podría ser un importante factor situacional dentro de este ejemplo que estamos tratando, el nivel de vida de cada uno de los países; se aceptan los métodos violentos con mayor facilidad cuando la pobreza corroe los huesos de la población del país, y la vida deja de tener el valor que en realidad tiene. Este punto se entronca con el primer punto tratado de factores sociales propios de cada individuo.

El tercer y último factor es la empatía. Este factor es muchísimo más abstracto que los demás, lo que dificulta enormemente su análisis. Lo que he querido demostrar al introducir este punto, es que a la hora de legitimar acciones violenta, juega un importante papel el nivel de empatía que pueda tener el tercero que lo contemple. La persona que posea una marcada concepción del nosotros vs ellos, le costara mas ponerse dentro del pellejo de la persona que ejerce la violencia. Es posible que aun intentando empatizar con el individuo que ejerce violencia, sigamos sin darle legitimidad (aunque sea mínima), pero lo que sí es cierto y fácilmente demostrable es que hay una sector (por desgracia amplio) de la población que ni siquiera se para a reflexionar sobre las condiciones y planteamientos que esgrime, por ejemplo, el encapuchado en una cumbre de G20 al actuar con violencia, haciendo solo caso a lo que sus cercanos le dicen, y a la tergiversación de los medios de comunicación, que mediante la manipulación ejercen un tipo de violencia que se caracteriza por el uso de una fuerza (aunque en este caso no es física) contra la mente de las personas, causándoles daños que consiguen que deje de pensar por sí mismo, y sea un ser sumiso y crédulo ante todos los que quieran mentirle. Vaya, al final ha servido más de lo que esperábamos la definición que sacamos casi al principio del artículo sobre violencia, a pesar de lo chapucera que era.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Dura encrucijada del gobierno

La historia trata de un malvado villano llamado Junta Electoral Central, que junto a su compinche Delegación de Gobierno, asolan la otrora preciosa estampa de Madrid y de sus gentes, prohibiendo que las personas caminen por las plazas (reservadas únicamente para ritos y sacrificios a sus temibles dioses PP y PSOE).
Sin embargo un valiente héroe se alzara entre tanto horror, y desafiara las prohibiciones de estos villanos, marchando junto al resto de madrileños para tomar de nuevo esas plazas, y reclamar lo que por derecho les pertenece. Este es el héroe más conocido como 15-M

Después de esta épica tontería, toca analizar un poco más la situación.
Estamos ante una prohibición absurda y con claros tinte inconstitucionales que afirma que un número ingente de plazas de Madrid deben estar reservadas única y exclusivamente para actos electorales, debiendo quedar al margen de las mismas cualquier otro tipo de manifestación política (un fuerte aplauso a la Junta Electoral Central).

Aunque que me encantaría ponerme a reflexionar sobre el proceso mental que estas (que duda cabe) brillantes mentes de nuestro país has seguido para llegar a una conclusión tan favorable a los derechos de la ciudadanía, prefiero centrarme en algo más cercano en el tiempo, es decir, en cómo van a hacer efectiva la prohibición.

Hoy entra en vigor esa genial idea de reservar unas 200 plazas para adoctrinar a la población con propaganda electoral, y para celebrarlo, el movimiento 15-M convoca una concentración a las 19:00 en la puerta del sol (que obviamente entra en el compendio de plazas elegidas). No puedo pensar en esto sin ponerme a recordar esos primeros días de agosto de este año, en el que centenares de policías bloqueaban la puerta del sol y ejercían la violencia contra todo el que se opusiera a sus intenciones. Dicho caso se acabo saldando con una más que notable bajada de pantalones de la delegada del gobierno que ordeno la retirada de la policía el día 5 de agosto, así como con una decena de detenidos y numerosos heridos, algunos de consideración (me refiero a las cargas del ministerio del interior)


Hoy salía en un periódico de tirada gratuita (no diré el nombre para no hacerle publicidad) la noticia de que desde la policía se planeaba montar un gran dispositivo en el que policías secretas se iban a dedicar a hacer controles selectivos y cacheos preventivos, recursos ambos, que no pueden ser usados legalmente con la arbitrariedad con la que comúnmente lo hacen y aquí se manifiesta, sino que deben estar supeditados al intento de prevención de un delito (no a intentar disuadirte de que ejerzas un derecho constitucional)
Sin embargo, este anunciado medio se torna superfluo en la medida en que no se puede sancionar a una persona por intentar acudir a una plaza

Está claro que esta es una noticia planeada por delegación de gobierno y la policía para meter de antemano el miedo en el cuerpo de las personas que se planteen ir a la concentración. Sin embargo me parece que esto no es más que un farol que se están tirando, porque no tienen ni idea de cómo parar las concentraciones durante estos 15 días que quedan antes de las elecciones generales.

Descartada la efectividad del dispositivo que anuncia la policía que va a montar en la puerta del sol, solo queda la opción de bloquear la plaza indefinidamente, sin embargo, después de la soberana “cagada” de la delegada del gobierno cuando procedió a cerrar sol en agosto, volver a hacerlo ahora sería una dura apuesta. Nos encontramos a nada y menos de unas elecciones generales, lo que implica que cualquier decisión mal tomada puede hacer perder unos miles de voto para el partido que se encuentra ahora en el gobierno, votos, que a día de hoy no le sobran precisamente

lunes, 18 de abril de 2011

Injusticias Okupadas

Quizás en este país, al igual que en el resto del mundo, lo único que hace falta es pensar, hacer un inciso en nuestra atareada existencia y pararnos a pensar un ratito sobre las cosas que nos rodean, y valorarlas.

Tengo la teoría de que, a causa del estresante ajetreo que sufrimos cada día (trabajo, estudios, familias, etc) no tenemos tiempo de replantearnos ciertos asuntos, mucho de los cuales se tornarían absurdos, estúpidos e indignantes para mucha mentes tranquilas.
Y pienso también que hay personas que se aprovechan de este ir y venir sin reflexionar del que los seres humanos hacemos gala para meternos dobladas ciertas cosas

El otro día, viendo como se desalojaba la fábrica okupada de Collado Villalba, se me paso esto por la cabeza. Viendo todo el despliegue policial, y el pifostio general que se había montado cortando las salidas, cerrando la puerta de la Renfe, etc, me plantee: ¿de veras es todo esto necesario?, ¿es que acaso esta gente está haciendo algo tan aberrante como como para que deban ser tratados de esta manera?


Puedo entender (aunque no lo comparta) que las personas quieran realizar una defensa de la propiedad, más dentro de este contexto egoísta y competitivo que nos impone tácitamente la sociedad del capital, sin embargo, que mente que no se parara a reflexionar durante un rato sería capaz de no pensar que todo aquello es injusto.

Todos estos sitios okupados no han sido expropiados a la fuerza, no se puede ni siquiera ver esa imagen que los detractores de los movimientos de okupacion nos lanzan de la pobre familia a la que los malvados okupas echan de una casa que les pertenece.
Estos lugares eran sitios abandonado, que mediante trabajo y dedicación han sido sacados adelantes, y ahora, fuera de ser unos pozos de drogadicción y marginalidad como piensan algunos, son lugares en los que se presentan alternativas, donde de ayuda a gente con problemas, en otras palabras, donde se realiza la labor social que el estado obviamente ha demostrado ser incapaz de suministrar.

Que cabeza que no se encuentre cegada por la falta de tiempo y la presión de los medios de comunicación (que son el arma perfecta) puede considerar justos estos desalojos, que cabeza pensante y no aborregada por la sociedad puede ser tan cuadriculada como para pensar que esta gente tiene lo que se merece.

martes, 29 de marzo de 2011

La democracia a vencido

Estos son días de celebración para muchas personas, días en los que, según algunos, triunfan los valores de la democracia sobre aquellos violentos que intentan atacarla.

Me gustaría aprovechar este artículo para da mi más sincera felicitación a los señores Zapatero y Rubalcaba (que es quien corta ahora el bacalao) por un lado, a Rajoy y compañía por otro, y por supuesto a la AVT. Entre todos vosotros habéis conseguido lo que ya creía imposible, cagaros más aun sobre unos más que vomitivos valores democráticos, presentes en la rancia sociedad en la que vivimos. Muchísimas gracias

Ilegalidad, curiosa palabra. Como empezar a hablar sobre algo como esto, como hablar sobre lo que se siente cuando tu proyecto pasa a ser considerado como algo asqueroso y repulsivo, que la sociedad debe sin ninguna duda descartar. Yo, por suerte no he experimentado este sentir a lo largo de mi vida, pero me hago una idea de lo que debe ser.

En primer lugar quero dejar claro una cosa (ya que imagino que estas líneas que escribo serán seguramente malinterpretadas), yo repruebo toda manifestación de violencia que alguien pueda esgrimir, y más aún si esta muchas veces se realiza contra población civil inocente. Pero esto no es lo que nos toca ahora. ETA ya no pinta nada en esto. Ya no se trata de un partido claramente posicionado hacia la violencia pregonada por un terrorismo impregnado de rancios ideales (obviamente me refiero a Batasuna), esto ya es otra cosa.


No me acaba de quedar claro que es lo que exige la justicia española para legalizar un partido político. ¿Alejarse de la violencia? ¿Renegar de malas compañías?, ok ya está, ¿algo más? Parece ser que sí, pero todavía no sé qué es, ¿acaso hay que responder a estas preguntas haciendo el pino-puente, o saltando mientras te tocas la nariz? No lo se

Todo este asunto de Sortu me trae una serie de imágenes a la cabeza. Puede que muchos no se lo crean, pero creo que algo similar se produjo hace tiempo con una serie de partidos. Bueno, vamos a repasar un poco la historia a ver si encontramos alguna semejanza con este peculiar caso. Mmm… a ver, tenemos que buscar un partido político que hubiera apoyado la violencia contra el pueblo durante muchos años, además este órgano violento debe de haber entrado en decadencia y haber intentado buscar una solución pacífica, y también debe tener en sus filas a gente que antaño apoyaron dicha violencia y la legitimaron. Mmm… no sé, se me ocurren un par de ellos, pero (curiosamente) estos sí que son legales, de hecho todo apunta a que uno de ellos tiene muchas posibilidades de gobernarnos en breves. Que interesante, como cambia la historia.

En fin esta es otra de las contradicciones de este sistema tan coherente y justo en el que vivimos. ¡Viva la justicia y larga vida a la hipocresía y la ilegalidad!

lunes, 7 de marzo de 2011

Nuevo visionario en España

Claro que sí, ya era hora de que alguien dijera lo que todos pensamos y nadie tiene las pelotas de decir, los políticos deben de cobrar más


Somos alucinantes, como podemos llamarnos seres humanos, si cuando encendemos la televisión, y vemos a estos pobrecitos andando taciturnos con esos harapos de Armani no se no cae en el alma al suelo


Quien no podía evitar soltar una lagrimilla cuando veía a la ex vicepresidenta Fernández de la Vega (no por lo fea que es, no penséis mal) cuando se presentaba ante los medios de esa manera tan desangelada y con ese cuerpo malnutrido que hacía que se nos indigestase la comida.

Y qué decir de los cabrones de las ONGs hablando de niños en África cuando se puede ver tanta miseria con tan solo acercarse al congreso de los diputados,¡¡¡ vergüenza debería darles!!!

Señor presidente de la patronal, usted es un pionero, un adalid de la lucha contra las injusticias, usted sí que se merece pasar la eternidad en el paraíso. Es más, porque no se va allí ahora mismo y nos deja el mundo terrenal a los que sabemos un poco de él, gracias.

domingo, 13 de febrero de 2011

Perros al servicio de los de siempre

Con más miedo que vergüenza, así me siento al observar horrorizado (a la vez que avergonzado) la firma del pacto por el cual nos van a subir la edad de jubilación hasta los 67, gracias a los denominados agentes sociales (y por supuesto al queridísimo gobierno).

67 años, tiemblo nada más oír esa cifra, me cuesta hasta creer que esto vaya a pasar de verdad. A este paso,¿ qué será lo próximo?.

En primer lugar me gustaría poner en duda ese término que los citados firmantes se han adjudicados de agentes sociales.
Social; al incluir esta palabra se tiene (por cojones) que mantener algún tipo de relación con la sociedad, ¿no?; en este caso, como representantes de sectores de la misma; pero ¿alguien sería capaz de afirmar esto?. No sé en qué medida la CEOE es representativa de las empresas, ¿pero los sindicatos?, ¿quién puede tener los huevos (u ovarios, seamos políticamente correctos), de seguir defendiendo que los sindicatos representan al sector de la sociedad que constituyen los trabajadores?.

En la vida (y recalco esto) alguien que de verdad se preocupara por los intereses de los trabajadores sería capaz de tragar (previa sonrisa y apretón de manos) con lo que traga esta gente.
Además cabria plantearse la pregunta de si esta cupulucha de borreguitos correveidiles del estado pueden ser considerados como trabajadores.
No creo que ellos tengan muchos problemas cuando el (más que competente) gobierno de España decide congelar pensiones, recortar servicios sociales, o establece si debemos o no jubilarnos con nuestra propia dentadura.



Ratas, mientras vosotros recibís el aguinaldo que el estado os da en forma de subvenciones y liberados, nosotros no solo no vamos a encontrar un curro hasta los 40 años (luego se quejan de que no nos largamos de casa de papa y mama), sino que vamos a acabar currando en taca taca para encima conseguir una mierda de pensión con la que tengamos que malvivir los últimos años de nuestra lastimosa vida.

Pero por supuesto esto no preocupa a los señores revolucionarios sindicalistas, y mucho menos a los diputados sociatas que tienen la pensión máxima con tan solo 7 años trabajados, y lo de trabajados es solamente un decir.

Y todo este aumento desproporcionado del curre, únicamente para que unos tipejos (que bien podrían descansar ya en paz) no pierdan tantos beneficios, tipejos que aprendieron bien aquellos de “quien no llora no mama”, y mamá estado les compra un juguete nuevo para que vuelvan a sonreír como los niños caprichosos que son.

¿Agentes sociales? Los cojones. Señor Méndez y señor Toxo, hacen ustedes una estupenda pareja tanto con el (excelentísimo) gobierno como con los payasos que conforman la CEOE, y, he podido sagazmente apreciar la belleza que irradian ustedes en esas fotos que se hacen juntitos (¿acaso no se respira amor?), así que porque no nos dejan a los trabajadores en paz y viven ustedes felices y comiendo curritos, digo perdices.

martes, 25 de enero de 2011

Anarquistas dentro del estado

     
                                
El otro día, un compañero de universidad, mientras ambos discutíamos acerca de la importancia y necesidad de lo que hoy conocemos como estado, me preguntó por qué, si tanto lo detestaba, seguía aceptando la educación que este me proporcionaba.

Este comentario me dejó por los suelo, no porque me hubiera hecho ver una indudable verdad, sino por la lástima que invadió mi cuerpo al oír esas palabras. ¿Es que realmente tengo alguna opción?, ¿acaso se me presenta la posibilidad de elegir otro tipo de educación universitaria, que no esté controlada por el estado o en su defecto por un empresa privada?

¿Qué pasa entonces?,¿ que todas aquellas personas que nos mostramos contrarias al estado y al modelo de encomia capitalista no tenemos derecho a recibir una buena educación?.
Eso es exactamente lo que les gustaría a muchos. La exclusión del que piensa diferente (le digo a mi compañero), no es una nueva aportación tuya, es una práctica que (por desgracia) lleva repitiéndose en innumerables ocasiones a lo largo de la historia.

Me niego a renunciar de ninguna de las maneras a este derecho que el pueblo ha ido conquistando tras infatigables luchas, a pesar de que sea acaparado por organismos que de ninguna manera acepto y tolero. No estamos hablando de dejar de lado algo insustancial, estamos hablando de renegar de una cosa tan importante como es la formación intelectual de las personas, únicamente por el hecho de mostrarse crítico con la gestión que de ella se realiza.


Bien me gustaría que todo cambiara, y que la educación fuera gestionada por el pueblo y para el pueblo (sin las lacras que suponen el estado y las empresas) en aras únicamente del conocimiento; pero esto (también por desgracia) es lo que tenemos que vivir en estos días, y lo que toca únicamente es seguir luchando por intentar lograr el cambio, y esta lucha empieza por formarse intelectualmente , por aprender de los errores del pasado, y así construir un nuevo modelo que se torne mejor para el conjunto de la sociedad.


Lo triste no es que este chaval con el que discutía piense que no soy congruente con mis ideales por recibir una educación que se encuentra en manos estatales, lo triste es que él intente limitar el conocimiento a solo aquellas personas que siguen ciegamente al rebaño.


jueves, 20 de enero de 2011

Funesto epitafio de la soberanía

¿Soberanía?, me descojono, como podemos seguir hablando de soberanía en las circunstancias en la que estamos.
¿Qué pasa?, ¿que aquí nadie ve los telediarios?, ¿nadie abre un maldito periódico? (no digamos ya coger un libro)

Soberanía es una palabra carente de todo contenido real, una luz que apreciamos en el ambiente pero de la que no podemos averiguar su procedencia.
Soberanía solo es lo que estudiantes de políticas se empollan para un examen sobre Rousseau o Montesquieu. Soberanía no es nada.

Y ahora os preguntareis, ¿Cómo es que no tenemos soberanía?, muy sencillo, hace ya tiempo que la vendimos. Si, dentro de este mundo en el que todo parece ser susceptible de venta (educación, sanidad, cultura, etc), a nosotros nos dio por vender nuestra soberanía. No digo ya nuestra soberanía como individuos (la cual se encuentra en manos de empresas, gobiernos, e intereses en general), sino también la tan valorada por algunos, soberanía del estado. Y los más gracioso de todo es que la vendimos sin ni siquiera darnos cuenta.

Un buen día una serie de instituciones nos ofrecieron la luna en forma de un mayor desarrollo para el país, y de repente nos vimos avanzando como borreguitos hacia el resplandeciente brillo que esta emitía, encontrándonos ahora con que vivimos sumidos en la más absoluta dependencia de las decisiones que tomen.

Para los que hayan aguantado leyendo hasta aquí y piensen que todo esto es solo un “paja mental” de otro” rojo tocapelotas” de los tantos que hay, les insto a que echen una miradita de reojo a la realidad que nos rodea


Sin nuestro (sin duda alguna) excelentísimo presidente y la cuadrilla de esbirros que le acompaña decidieran tomar alguna medida que afecte a los intereses de nuestro país, de repente aparecerían una serie de personajillos que les dirían: tsss, que la Unión Europea no deja hacer esto, tsss, que el FMI no permite hacer lo otro, tsss, que esto no está permitido por los mercados (que jamás podre saber qué coño son de verdad), y así un largo etcétera.

Y ya rizando el rizo, no solo no nos permiten hacer una serie de cosas (que se presuponen nuestras), sino que nos obligan a hacer lo que ellos consideran mejor para nosotros. Es alucinante.

Y ahora que me venga alguno de estos ególatras eruditos sobreculturizados y se ponga a hablarme de soberanía, que bien sabe dónde voy a mandarle.

viernes, 14 de enero de 2011

Voces contra la mercantilización

Exámenes, que asco, largas horas de reclusión, amplios dolores de cabeza, nervios a flor de piel, joder, hasta se me esta hinchando una vena en el cuello de todo el estrés acumulado. Ya no aguanto más.... Siii, ya sé que todo esto me pasa por no ponerme a estudiar todo mucho antes, pero ya se sabe, al principio todos son buenos propósitos, pero a la hora de dar el callo verdaderamente te acuerdas de cosas tan estúpidas como pensar que incluso puedes tener vida social (no tengo remedio).
A mi todo este periodo de tensión me hace replantearme que es lo que hago en la universidad, y si me merece la pena aguantar todo esto por disfrutar de la oportunidad que esta me brinda.

Si preguntáramos a los estudiantes por el motivo por el que cursan sus estudios universitarios seguro que nos quedábamos atónitos por las respuestas que podríamos recibir. Seguro que no nos faltarían contestaciones de algunos mendrugos de trentaitantos años que están en segundo de carrera (cuya idea de universidad sabemos perfectamente).
Pero lo que estoy seguro que no nos faltaría es un gran número de respuestas de chavales que afirman asistir a la universidad para labrarse un buen futuro laboral es decir, pa ganar más pelas (o para no acabar durmiendo debajo de un puente viendo como van las cosas)
Sin embargo, ¿cuál es el verdadero sentido de la universidad? ¿acaso no es formarse interiormente? ¿acaso no es conocer nuevas gentes que puedan influirnos en nuestra forma de vivir? acaso no tiene que ver el poder fundamentar nuestras ideas, o cambiarlas por otras mejores? A la vista de las circunstancias parece ser que no.


Y ahora la pregunta que se plantea tiene que ver con el porqué, el porqué las personas hemos relegado nuestra culturización hasta el punto de venderla por un futuro (pero de ninguna manera asegurado) curro mejor, que nos permita la ansiada meta de tener el BMW más caro, mas grande y mas todo del vecindario en el que gastes la triste existencia, o simplemente por intentar ganarte la puta miseria y huir del terrorífico paro que día a día no acecha.

Durante años las universidades han sido vistas por ciertas personas de la misma manera que en los dibujos animados el gato hambriento se imagina la cabeza de una persona como un pollo asado, solo que en este caso, en vez del ave, aparecen fabricas de formación de curritos. Por ello, las empresas no han escatimado medios para ir pasito a pasito haciéndose un hueco en los centros universitarios, y así controlar que se traten los fines que ellos desean en lugar de cumplir el objetivo previamente previsto de hacer pensar a los jóvenes (practica cada vez menos habitual)

Enhorabuena señores empresarios, lo han conseguido, han logrado no solo entrar en las universidades, sino lo que es más complicado (y a la vez más efectivo) han logrado entrar en las mentes de la juventud y asociar el termino conocimiento con el termino trabajo…objetivo conseguido.

Volviendo al inicio del tema, a mi pregunta sobre si renta verdaderamente el estudiar en la universidad y pasar el calvario de exámenes, trabajos, estrés, etc, la respuesta es que sí. Aunque solo sea por demostrarles a estos indeseables que todavía queda vivo y estudiando un triste gilipollas de esos que todavía creen en una universidad en la que solo tenga cabida el conocimiento.