Estos son días de celebración para muchas personas, días en los que, según algunos, triunfan los valores de la democracia sobre aquellos violentos que intentan atacarla.
Me gustaría aprovechar este artículo para da mi más sincera felicitación a los señores Zapatero y Rubalcaba (que es quien corta ahora el bacalao) por un lado, a Rajoy y compañía por otro, y por supuesto a la AVT. Entre todos vosotros habéis conseguido lo que ya creía imposible, cagaros más aun sobre unos más que vomitivos valores democráticos, presentes en la rancia sociedad en la que vivimos. Muchísimas gracias
Ilegalidad, curiosa palabra. Como empezar a hablar sobre algo como esto, como hablar sobre lo que se siente cuando tu proyecto pasa a ser considerado como algo asqueroso y repulsivo, que la sociedad debe sin ninguna duda descartar. Yo, por suerte no he experimentado este sentir a lo largo de mi vida, pero me hago una idea de lo que debe ser.
En primer lugar quero dejar claro una cosa (ya que imagino que estas líneas que escribo serán seguramente malinterpretadas), yo repruebo toda manifestación de violencia que alguien pueda esgrimir, y más aún si esta muchas veces se realiza contra población civil inocente. Pero esto no es lo que nos toca ahora. ETA ya no pinta nada en esto. Ya no se trata de un partido claramente posicionado hacia la violencia pregonada por un terrorismo impregnado de rancios ideales (obviamente me refiero a Batasuna), esto ya es otra cosa.
No me acaba de quedar claro que es lo que exige la justicia española para legalizar un partido político. ¿Alejarse de la violencia? ¿Renegar de malas compañías?, ok ya está, ¿algo más? Parece ser que sí, pero todavía no sé qué es, ¿acaso hay que responder a estas preguntas haciendo el pino-puente, o saltando mientras te tocas la nariz? No lo se
Todo este asunto de Sortu me trae una serie de imágenes a la cabeza. Puede que muchos no se lo crean, pero creo que algo similar se produjo hace tiempo con una serie de partidos. Bueno, vamos a repasar un poco la historia a ver si encontramos alguna semejanza con este peculiar caso. Mmm… a ver, tenemos que buscar un partido político que hubiera apoyado la violencia contra el pueblo durante muchos años, además este órgano violento debe de haber entrado en decadencia y haber intentado buscar una solución pacífica, y también debe tener en sus filas a gente que antaño apoyaron dicha violencia y la legitimaron. Mmm… no sé, se me ocurren un par de ellos, pero (curiosamente) estos sí que son legales, de hecho todo apunta a que uno de ellos tiene muchas posibilidades de gobernarnos en breves. Que interesante, como cambia la historia.
En fin esta es otra de las contradicciones de este sistema tan coherente y justo en el que vivimos. ¡Viva la justicia y larga vida a la hipocresía y la ilegalidad!
martes, 29 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
Nuevo visionario en España
Claro que sí, ya era hora de que alguien dijera lo que todos pensamos y nadie tiene las pelotas de decir, los políticos deben de cobrar más
Somos alucinantes, como podemos llamarnos seres humanos, si cuando encendemos la televisión, y vemos a estos pobrecitos andando taciturnos con esos harapos de Armani no se no cae en el alma al suelo
Somos alucinantes, como podemos llamarnos seres humanos, si cuando encendemos la televisión, y vemos a estos pobrecitos andando taciturnos con esos harapos de Armani no se no cae en el alma al suelo
Quien no podía evitar soltar una lagrimilla cuando veía a la ex vicepresidenta Fernández de la Vega (no por lo fea que es, no penséis mal) cuando se presentaba ante los medios de esa manera tan desangelada y con ese cuerpo malnutrido que hacía que se nos indigestase la comida.
Y qué decir de los cabrones de las ONGs hablando de niños en África cuando se puede ver tanta miseria con tan solo acercarse al congreso de los diputados,¡¡¡ vergüenza debería darles!!!
Señor presidente de la patronal, usted es un pionero, un adalid de la lucha contra las injusticias, usted sí que se merece pasar la eternidad en el paraíso. Es más, porque no se va allí ahora mismo y nos deja el mundo terrenal a los que sabemos un poco de él, gracias.
domingo, 13 de febrero de 2011
Perros al servicio de los de siempre
Con más miedo que vergüenza, así me siento al observar horrorizado (a la vez que avergonzado) la firma del pacto por el cual nos van a subir la edad de jubilación hasta los 67, gracias a los denominados agentes sociales (y por supuesto al queridísimo gobierno).
67 años, tiemblo nada más oír esa cifra, me cuesta hasta creer que esto vaya a pasar de verdad. A este paso,¿ qué será lo próximo?.
En primer lugar me gustaría poner en duda ese término que los citados firmantes se han adjudicados de agentes sociales.
Social; al incluir esta palabra se tiene (por cojones) que mantener algún tipo de relación con la sociedad, ¿no?; en este caso, como representantes de sectores de la misma; pero ¿alguien sería capaz de afirmar esto?. No sé en qué medida la CEOE es representativa de las empresas, ¿pero los sindicatos?, ¿quién puede tener los huevos (u ovarios, seamos políticamente correctos), de seguir defendiendo que los sindicatos representan al sector de la sociedad que constituyen los trabajadores?.
En la vida (y recalco esto) alguien que de verdad se preocupara por los intereses de los trabajadores sería capaz de tragar (previa sonrisa y apretón de manos) con lo que traga esta gente.
Además cabria plantearse la pregunta de si esta cupulucha de borreguitos correveidiles del estado pueden ser considerados como trabajadores.
No creo que ellos tengan muchos problemas cuando el (más que competente) gobierno de España decide congelar pensiones, recortar servicios sociales, o establece si debemos o no jubilarnos con nuestra propia dentadura.
Ratas, mientras vosotros recibís el aguinaldo que el estado os da en forma de subvenciones y liberados, nosotros no solo no vamos a encontrar un curro hasta los 40 años (luego se quejan de que no nos largamos de casa de papa y mama), sino que vamos a acabar currando en taca taca para encima conseguir una mierda de pensión con la que tengamos que malvivir los últimos años de nuestra lastimosa vida.
Pero por supuesto esto no preocupa a los señores revolucionarios sindicalistas, y mucho menos a los diputados sociatas que tienen la pensión máxima con tan solo 7 años trabajados, y lo de trabajados es solamente un decir.
Y todo este aumento desproporcionado del curre, únicamente para que unos tipejos (que bien podrían descansar ya en paz) no pierdan tantos beneficios, tipejos que aprendieron bien aquellos de “quien no llora no mama”, y mamá estado les compra un juguete nuevo para que vuelvan a sonreír como los niños caprichosos que son.
¿Agentes sociales? Los cojones. Señor Méndez y señor Toxo, hacen ustedes una estupenda pareja tanto con el (excelentísimo) gobierno como con los payasos que conforman la CEOE, y, he podido sagazmente apreciar la belleza que irradian ustedes en esas fotos que se hacen juntitos (¿acaso no se respira amor?), así que porque no nos dejan a los trabajadores en paz y viven ustedes felices y comiendo curritos, digo perdices.
67 años, tiemblo nada más oír esa cifra, me cuesta hasta creer que esto vaya a pasar de verdad. A este paso,¿ qué será lo próximo?.
En primer lugar me gustaría poner en duda ese término que los citados firmantes se han adjudicados de agentes sociales.
Social; al incluir esta palabra se tiene (por cojones) que mantener algún tipo de relación con la sociedad, ¿no?; en este caso, como representantes de sectores de la misma; pero ¿alguien sería capaz de afirmar esto?. No sé en qué medida la CEOE es representativa de las empresas, ¿pero los sindicatos?, ¿quién puede tener los huevos (u ovarios, seamos políticamente correctos), de seguir defendiendo que los sindicatos representan al sector de la sociedad que constituyen los trabajadores?.
En la vida (y recalco esto) alguien que de verdad se preocupara por los intereses de los trabajadores sería capaz de tragar (previa sonrisa y apretón de manos) con lo que traga esta gente.
Además cabria plantearse la pregunta de si esta cupulucha de borreguitos correveidiles del estado pueden ser considerados como trabajadores.
No creo que ellos tengan muchos problemas cuando el (más que competente) gobierno de España decide congelar pensiones, recortar servicios sociales, o establece si debemos o no jubilarnos con nuestra propia dentadura.
Pero por supuesto esto no preocupa a los señores revolucionarios sindicalistas, y mucho menos a los diputados sociatas que tienen la pensión máxima con tan solo 7 años trabajados, y lo de trabajados es solamente un decir.
Y todo este aumento desproporcionado del curre, únicamente para que unos tipejos (que bien podrían descansar ya en paz) no pierdan tantos beneficios, tipejos que aprendieron bien aquellos de “quien no llora no mama”, y mamá estado les compra un juguete nuevo para que vuelvan a sonreír como los niños caprichosos que son.
¿Agentes sociales? Los cojones. Señor Méndez y señor Toxo, hacen ustedes una estupenda pareja tanto con el (excelentísimo) gobierno como con los payasos que conforman la CEOE, y, he podido sagazmente apreciar la belleza que irradian ustedes en esas fotos que se hacen juntitos (¿acaso no se respira amor?), así que porque no nos dejan a los trabajadores en paz y viven ustedes felices y comiendo curritos, digo perdices.
martes, 25 de enero de 2011
Anarquistas dentro del estado

El otro día, un compañero de universidad, mientras ambos discutíamos acerca de la importancia y necesidad de lo que hoy conocemos como estado, me preguntó por qué, si tanto lo detestaba, seguía aceptando la educación que este me proporcionaba.
Este comentario me dejó por los suelo, no porque me hubiera hecho ver una indudable verdad, sino por la lástima que invadió mi cuerpo al oír esas palabras. ¿Es que realmente tengo alguna opción?, ¿acaso se me presenta la posibilidad de elegir otro tipo de educación universitaria, que no esté controlada por el estado o en su defecto por un empresa privada?
¿Qué pasa entonces?,¿ que todas aquellas personas que nos mostramos contrarias al estado y al modelo de encomia capitalista no tenemos derecho a recibir una buena educación?.
Eso es exactamente lo que les gustaría a muchos. La exclusión del que piensa diferente (le digo a mi compañero), no es una nueva aportación tuya, es una práctica que (por desgracia) lleva repitiéndose en innumerables ocasiones a lo largo de la historia.
Me niego a renunciar de ninguna de las maneras a este derecho que el pueblo ha ido conquistando tras infatigables luchas, a pesar de que sea acaparado por organismos que de ninguna manera acepto y tolero. No estamos hablando de dejar de lado algo insustancial, estamos hablando de renegar de una cosa tan importante como es la formación intelectual de las personas, únicamente por el hecho de mostrarse crítico con la gestión que de ella se realiza.
Bien me gustaría que todo cambiara, y que la educación fuera gestionada por el pueblo y para el pueblo (sin las lacras que suponen el estado y las empresas) en aras únicamente del conocimiento; pero esto (también por desgracia) es lo que tenemos que vivir en estos días, y lo que toca únicamente es seguir luchando por intentar lograr el cambio, y esta lucha empieza por formarse intelectualmente , por aprender de los errores del pasado, y así construir un nuevo modelo que se torne mejor para el conjunto de la sociedad.
Lo triste no es que este chaval con el que discutía piense que no soy congruente con mis ideales por recibir una educación que se encuentra en manos estatales, lo triste es que él intente limitar el conocimiento a solo aquellas personas que siguen ciegamente al rebaño.
jueves, 20 de enero de 2011
Funesto epitafio de la soberanía
¿Soberanía?, me descojono, como podemos seguir hablando de soberanía en las circunstancias en la que estamos.
¿Qué pasa?, ¿que aquí nadie ve los telediarios?, ¿nadie abre un maldito periódico? (no digamos ya coger un libro)
Soberanía es una palabra carente de todo contenido real, una luz que apreciamos en el ambiente pero de la que no podemos averiguar su procedencia.
Soberanía solo es lo que estudiantes de políticas se empollan para un examen sobre Rousseau o Montesquieu. Soberanía no es nada.
Y ahora os preguntareis, ¿Cómo es que no tenemos soberanía?, muy sencillo, hace ya tiempo que la vendimos. Si, dentro de este mundo en el que todo parece ser susceptible de venta (educación, sanidad, cultura, etc), a nosotros nos dio por vender nuestra soberanía. No digo ya nuestra soberanía como individuos (la cual se encuentra en manos de empresas, gobiernos, e intereses en general), sino también la tan valorada por algunos, soberanía del estado. Y los más gracioso de todo es que la vendimos sin ni siquiera darnos cuenta.
Un buen día una serie de instituciones nos ofrecieron la luna en forma de un mayor desarrollo para el país, y de repente nos vimos avanzando como borreguitos hacia el resplandeciente brillo que esta emitía, encontrándonos ahora con que vivimos sumidos en la más absoluta dependencia de las decisiones que tomen.
Para los que hayan aguantado leyendo hasta aquí y piensen que todo esto es solo un “paja mental” de otro” rojo tocapelotas” de los tantos que hay, les insto a que echen una miradita de reojo a la realidad que nos rodea
Sin nuestro (sin duda alguna) excelentísimo presidente y la cuadrilla de esbirros que le acompaña decidieran tomar alguna medida que afecte a los intereses de nuestro país, de repente aparecerían una serie de personajillos que les dirían: tsss, que la Unión Europea no deja hacer esto, tsss, que el FMI no permite hacer lo otro, tsss, que esto no está permitido por los mercados (que jamás podre saber qué coño son de verdad), y así un largo etcétera.
Y ya rizando el rizo, no solo no nos permiten hacer una serie de cosas (que se presuponen nuestras), sino que nos obligan a hacer lo que ellos consideran mejor para nosotros. Es alucinante.
Y ahora que me venga alguno de estos ególatras eruditos sobreculturizados y se ponga a hablarme de soberanía, que bien sabe dónde voy a mandarle.
¿Qué pasa?, ¿que aquí nadie ve los telediarios?, ¿nadie abre un maldito periódico? (no digamos ya coger un libro)
Soberanía es una palabra carente de todo contenido real, una luz que apreciamos en el ambiente pero de la que no podemos averiguar su procedencia.
Soberanía solo es lo que estudiantes de políticas se empollan para un examen sobre Rousseau o Montesquieu. Soberanía no es nada.
Y ahora os preguntareis, ¿Cómo es que no tenemos soberanía?, muy sencillo, hace ya tiempo que la vendimos. Si, dentro de este mundo en el que todo parece ser susceptible de venta (educación, sanidad, cultura, etc), a nosotros nos dio por vender nuestra soberanía. No digo ya nuestra soberanía como individuos (la cual se encuentra en manos de empresas, gobiernos, e intereses en general), sino también la tan valorada por algunos, soberanía del estado. Y los más gracioso de todo es que la vendimos sin ni siquiera darnos cuenta.
Un buen día una serie de instituciones nos ofrecieron la luna en forma de un mayor desarrollo para el país, y de repente nos vimos avanzando como borreguitos hacia el resplandeciente brillo que esta emitía, encontrándonos ahora con que vivimos sumidos en la más absoluta dependencia de las decisiones que tomen.
Para los que hayan aguantado leyendo hasta aquí y piensen que todo esto es solo un “paja mental” de otro” rojo tocapelotas” de los tantos que hay, les insto a que echen una miradita de reojo a la realidad que nos rodea
Sin nuestro (sin duda alguna) excelentísimo presidente y la cuadrilla de esbirros que le acompaña decidieran tomar alguna medida que afecte a los intereses de nuestro país, de repente aparecerían una serie de personajillos que les dirían: tsss, que la Unión Europea no deja hacer esto, tsss, que el FMI no permite hacer lo otro, tsss, que esto no está permitido por los mercados (que jamás podre saber qué coño son de verdad), y así un largo etcétera.
Y ya rizando el rizo, no solo no nos permiten hacer una serie de cosas (que se presuponen nuestras), sino que nos obligan a hacer lo que ellos consideran mejor para nosotros. Es alucinante.
Y ahora que me venga alguno de estos ególatras eruditos sobreculturizados y se ponga a hablarme de soberanía, que bien sabe dónde voy a mandarle.
viernes, 14 de enero de 2011
Voces contra la mercantilización
Exámenes, que asco, largas horas de reclusión, amplios dolores de cabeza, nervios a flor de piel, joder, hasta se me esta hinchando una vena en el cuello de todo el estrés acumulado. Ya no aguanto más.... Siii, ya sé que todo esto me pasa por no ponerme a estudiar todo mucho antes, pero ya se sabe, al principio todos son buenos propósitos, pero a la hora de dar el callo verdaderamente te acuerdas de cosas tan estúpidas como pensar que incluso puedes tener vida social (no tengo remedio).
A mi todo este periodo de tensión me hace replantearme que es lo que hago en la universidad, y si me merece la pena aguantar todo esto por disfrutar de la oportunidad que esta me brinda.
Si preguntáramos a los estudiantes por el motivo por el que cursan sus estudios universitarios seguro que nos quedábamos atónitos por las respuestas que podríamos recibir. Seguro que no nos faltarían contestaciones de algunos mendrugos de trentaitantos años que están en segundo de carrera (cuya idea de universidad sabemos perfectamente).
Pero lo que estoy seguro que no nos faltaría es un gran número de respuestas de chavales que afirman asistir a la universidad para labrarse un buen futuro laboral es decir, pa ganar más pelas (o para no acabar durmiendo debajo de un puente viendo como van las cosas)
Sin embargo, ¿cuál es el verdadero sentido de la universidad? ¿acaso no es formarse interiormente? ¿acaso no es conocer nuevas gentes que puedan influirnos en nuestra forma de vivir? acaso no tiene que ver el poder fundamentar nuestras ideas, o cambiarlas por otras mejores? A la vista de las circunstancias parece ser que no.
Y ahora la pregunta que se plantea tiene que ver con el porqué, el porqué las personas hemos relegado nuestra culturización hasta el punto de venderla por un futuro (pero de ninguna manera asegurado) curro mejor, que nos permita la ansiada meta de tener el BMW más caro, mas grande y mas todo del vecindario en el que gastes la triste existencia, o simplemente por intentar ganarte la puta miseria y huir del terrorífico paro que día a día no acecha.
Durante años las universidades han sido vistas por ciertas personas de la misma manera que en los dibujos animados el gato hambriento se imagina la cabeza de una persona como un pollo asado, solo que en este caso, en vez del ave, aparecen fabricas de formación de curritos. Por ello, las empresas no han escatimado medios para ir pasito a pasito haciéndose un hueco en los centros universitarios, y así controlar que se traten los fines que ellos desean en lugar de cumplir el objetivo previamente previsto de hacer pensar a los jóvenes (practica cada vez menos habitual)
Enhorabuena señores empresarios, lo han conseguido, han logrado no solo entrar en las universidades, sino lo que es más complicado (y a la vez más efectivo) han logrado entrar en las mentes de la juventud y asociar el termino conocimiento con el termino trabajo…objetivo conseguido.
Volviendo al inicio del tema, a mi pregunta sobre si renta verdaderamente el estudiar en la universidad y pasar el calvario de exámenes, trabajos, estrés, etc, la respuesta es que sí. Aunque solo sea por demostrarles a estos indeseables que todavía queda vivo y estudiando un triste gilipollas de esos que todavía creen en una universidad en la que solo tenga cabida el conocimiento.
A mi todo este periodo de tensión me hace replantearme que es lo que hago en la universidad, y si me merece la pena aguantar todo esto por disfrutar de la oportunidad que esta me brinda.
Si preguntáramos a los estudiantes por el motivo por el que cursan sus estudios universitarios seguro que nos quedábamos atónitos por las respuestas que podríamos recibir. Seguro que no nos faltarían contestaciones de algunos mendrugos de trentaitantos años que están en segundo de carrera (cuya idea de universidad sabemos perfectamente).
Pero lo que estoy seguro que no nos faltaría es un gran número de respuestas de chavales que afirman asistir a la universidad para labrarse un buen futuro laboral es decir, pa ganar más pelas (o para no acabar durmiendo debajo de un puente viendo como van las cosas)
Sin embargo, ¿cuál es el verdadero sentido de la universidad? ¿acaso no es formarse interiormente? ¿acaso no es conocer nuevas gentes que puedan influirnos en nuestra forma de vivir? acaso no tiene que ver el poder fundamentar nuestras ideas, o cambiarlas por otras mejores? A la vista de las circunstancias parece ser que no.
Y ahora la pregunta que se plantea tiene que ver con el porqué, el porqué las personas hemos relegado nuestra culturización hasta el punto de venderla por un futuro (pero de ninguna manera asegurado) curro mejor, que nos permita la ansiada meta de tener el BMW más caro, mas grande y mas todo del vecindario en el que gastes la triste existencia, o simplemente por intentar ganarte la puta miseria y huir del terrorífico paro que día a día no acecha.
Durante años las universidades han sido vistas por ciertas personas de la misma manera que en los dibujos animados el gato hambriento se imagina la cabeza de una persona como un pollo asado, solo que en este caso, en vez del ave, aparecen fabricas de formación de curritos. Por ello, las empresas no han escatimado medios para ir pasito a pasito haciéndose un hueco en los centros universitarios, y así controlar que se traten los fines que ellos desean en lugar de cumplir el objetivo previamente previsto de hacer pensar a los jóvenes (practica cada vez menos habitual)
Enhorabuena señores empresarios, lo han conseguido, han logrado no solo entrar en las universidades, sino lo que es más complicado (y a la vez más efectivo) han logrado entrar en las mentes de la juventud y asociar el termino conocimiento con el termino trabajo…objetivo conseguido.
Volviendo al inicio del tema, a mi pregunta sobre si renta verdaderamente el estudiar en la universidad y pasar el calvario de exámenes, trabajos, estrés, etc, la respuesta es que sí. Aunque solo sea por demostrarles a estos indeseables que todavía queda vivo y estudiando un triste gilipollas de esos que todavía creen en una universidad en la que solo tenga cabida el conocimiento.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Tremenda facilidad en el uso de los estados de alarma, excepción y sitio
Estos ultimo acontecimientos que se están dando a raíz del salvaje sabotaje (porque no se la puede llama r de otra manera) perpetrado por los controladores aéreos me está dando muchas cosas que pensar (mira, para que luego sigan que los estudiantes no nos paramos a pensar nunca). La primera de ellas es preguntarme como coño habrán conseguido un grupúsculo de curritos tantos privilegios, la segunda es hasta donde llegara la ineptitud de nuestros queridos gobernantes después de decidir quitarles estos privilegios antes del puente más largo del año (bravo), la tercera es si no tendríamos quizás que plantearnos (aunque solo sea una descabellada proposición mía) elaborar una nueva ley de huelgas y dejar de usar una preconstitucional, y la cuarta y de la que voy a ocuparme aquí es como puede ser que sea tan simple sacar al ejercito a la calle para solucionar asuntos que se escapan al control del gobierno
Esto es más importante de lo que puede parecer a simple vista, ya que implica una amplia posibilidad del gobierno de usar el ejército para perpetrar sus fines.
¿Qué pasaría entonces si se produjeran una serie de protestas masivas contra el gobierno que este no pudiera contralar?, ¿sacaría este el ejército a la calle para reprimirlas declarando el estado de excepción o de sito? O también podría ocurrir que al señor zapatero (o cualquier otro que se encontrara en ese momento en el poder) decidiera tomar ejemplo de lo que hizo su colega europeo Silvio Berlusconi y se le ocurriera sacar las tropas para combatir la inmigración.
Ambos supuestos, aberrantes de pensar en un momento como este, no son en realidad supuestos tan abstractos (aun a riesgo de que se me critique por esta afirmación), ya que estamos hablando de que la constitución española (artículo 116) exige para el estado de sitio mayoría absoluta del congreso, para el estado de excepción la mera aprobación por el mismo, y para el estado de alarma simplemente la tramitación de un decreto ley del gobierno que se ratificara a los 15 días (como está ocurriendo ahora)
Puede que la gente que lea este artículo difiera de mi opinión, pero a mí me parecen unos requisitos demasiado simples teniendo en cuenta todo lo que acarrean.
Es curioso como estamos a todas horas despotricando en contra de los políticos y luego dejamos a su total arbitrio una serie de decisiones de tal importancia como esta. Estamos hablando de restringir derechos y libertades entrando en un sistema militar, no estamos hablando de una (aunque dura para la población) bajada de salarios de funcionarios o congelación de pensiones, estamos hablando de una violación legal de derechos recogidos en nuestra constitución.
Con esto no intento ser catastrofista, sino que únicamente invito a la reflexión sobre el asunto a todas las personas que lean esto, y espero conseguir advertirles sobre estas posibilidades futuras (y el que avisa no es traidor).
Esto es más importante de lo que puede parecer a simple vista, ya que implica una amplia posibilidad del gobierno de usar el ejército para perpetrar sus fines.
¿Qué pasaría entonces si se produjeran una serie de protestas masivas contra el gobierno que este no pudiera contralar?, ¿sacaría este el ejército a la calle para reprimirlas declarando el estado de excepción o de sito? O también podría ocurrir que al señor zapatero (o cualquier otro que se encontrara en ese momento en el poder) decidiera tomar ejemplo de lo que hizo su colega europeo Silvio Berlusconi y se le ocurriera sacar las tropas para combatir la inmigración.
Ambos supuestos, aberrantes de pensar en un momento como este, no son en realidad supuestos tan abstractos (aun a riesgo de que se me critique por esta afirmación), ya que estamos hablando de que la constitución española (artículo 116) exige para el estado de sitio mayoría absoluta del congreso, para el estado de excepción la mera aprobación por el mismo, y para el estado de alarma simplemente la tramitación de un decreto ley del gobierno que se ratificara a los 15 días (como está ocurriendo ahora)
Puede que la gente que lea este artículo difiera de mi opinión, pero a mí me parecen unos requisitos demasiado simples teniendo en cuenta todo lo que acarrean.
Es curioso como estamos a todas horas despotricando en contra de los políticos y luego dejamos a su total arbitrio una serie de decisiones de tal importancia como esta. Estamos hablando de restringir derechos y libertades entrando en un sistema militar, no estamos hablando de una (aunque dura para la población) bajada de salarios de funcionarios o congelación de pensiones, estamos hablando de una violación legal de derechos recogidos en nuestra constitución.
Con esto no intento ser catastrofista, sino que únicamente invito a la reflexión sobre el asunto a todas las personas que lean esto, y espero conseguir advertirles sobre estas posibilidades futuras (y el que avisa no es traidor).
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